La renuncia del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas al PRD
presentada de manera irrevocable la noche del 25 de noviembre de 2014, se da en
medio de la peor crisis que vive ese instituto político a 25 años de haber sido
fundado por él mismo.
El Ingeniero Cárdenas formó hacia mediados del año 1986 la
Corriente Democrática al interior del PRI, como respuesta a una necesidad de generar un
cambio que requería ese partido y el país, con el propósito principal de que
la elección del candidato presidencial no dependiera más del Presidente de la
República en turno y se abriera un proceso democrático.
Ante la negativa de la cúpula priísta, se da la más grande
escisión que haya tenido el PRI en la historia con la renuncia en masa de los miembros de la
Corriente Democrática. Es entonces que primero, el Partido Auténtico de la
Revolución Mexicana (PARM) y después otras instituciones políticas como el
Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN), el Partido Popular Socialista (PPS) y el Partido
Mexicano Socialista (PMS) postulan la candidatura del Ing. Cárdenas a la
presidencia de la República conformando el denominado Frente Democrático
Nacional. Un hecho inédito en la historia del país. Como pocas veces, las izquierdas,
salvo el Partido Revolucionario de los Trabajadores liderado por Rosario Ibarra
de Piedra, estaban unidas en una lucha común y con expectativas reales de
llegar al poder.
Tras el proceso y fraude electoral de 1988 en donde se
reconoce oficialmente la victoria del candidato priísta, el propio Cárdenas,
junto con miembros destacados de la izquierda, llaman a la conformación de un
nuevo instituto político que recoja las causas sociales y dé respuesta a la
urgente democratización de la vida política en el país. Ante el rechazo de las
autoridades electorales para permitir el registro del PRD como instituto
político, se toma la determinación de que el PMS ceda su registro al naciente
Partido. Se trabaja intensamente en la redacción de los Documentos Básicos y la
Declaración de Principios, en donde se recogen las demandas sociales y democráticas
y en contra de las políticas neoliberales adoptadas por el grupo gobernante.
Primer Logo del PRD
(Imagen tomada de http://cronicadecastas.blogspot.mx/2010/11/1988-v-y-ultimo.html)
El 5 de mayo de 1989, en el Zócalo de la Ciudad de México,
nace formalmente el Partido de la Revolución Democrática. A partir de ese
momento rápidamente se coloca como una alternativa de gobierno y crece en las
preferencias electorales, a pesar de la constante persecución encabezada por el
ilegítimo Presidente de la República. Tan sólo en el sexenio salinista, fueron
asesinados o desaparecidos más de 500 militantes en todo el país sólo por ese
simple hecho.
La aportación del PRD en la vida política del país es
innegable. La lucha de dirigentes y militantes se tradujo en la conformación
del entonces Instituto Federal Electoral, ya que antes de su existencia era la
Cámara de Diputados, quienes validaban la elección presidencial. Se creó
también el Tribunal Federal Electoral, ahora Tribunal Electoral del Poder Judicial
de la Federación. Se realizaron, junto con otras organizaciones civiles,
consultas ciudadanas que desembocaron en cambios sustanciales, por ejemplo, la
posibilidad de que los habitantes del Distrito Federal tuvieran la posibilidad
de elegir a sus gobernantes. Precisamente, el Ingeniero Cárdenas fue el primer
jefe de gobierno electo por la ciudadanía. Desde entonces, el PRD no ha dejado
de gobernar la capital del país. Su principal bastión, sin lugar a dudas.
Cárdenas fue postulado en dos ocasiones más a la presidencia
de la República ya bajo la existencia del PRD, en 1994 y 2000. En esta última, se
dio un hecho histórico. Por primera ocasión en más de 70 años, se daba una
alternancia en el poder. Hecho que sin duda, no hubiera sido posible sin la
vital aportación del PRD.
Sin embargo, no todo era miel sobre hojuelas. Casi desde su
conformación, la aparición de las llamadas “tribus” limitaba la posibilidad de
que militantes sin una afiliación con estos grupos, pudiera
acceder a cargos de elección popular o de dirección al interior del propio PRD.
Aunado a esto, se aceptó la llegada de personajes plenamente identificados con
el salinismo. Lo peor de todo, sin embargo, es el abandono de las causas que le
dieron origen. La cercanía del grupo conocido como los “Chuchos” con el
gobierno y los lamentables hechos de Iguala y la desaparición de los 43
estudiantes de Ayotzinapa.
En un último intento por recomponer el camino, el Ingeniero
Cárdenas hizo un llamado a la Dirigencia Nacional del PRD para que renunciaran
a su cargo https://drive.google.com/viewerng/viewer?url=http://lb1.excelsior.com.mx/Media/votacion/CARTA.pdf
. Carlos Navarrete, presidente nacional, se negó a dimitir. El Ingeniero no
esperó más. La noche de ayer, presentó su renuncia de manera irrevocable. https://es.scribd.com/doc/248264715/La-carta-con-la-que-Cuauhtemoc-Cardenas-renuncio-al-PRD
Ante esto, la lucha del Ingeniero Cárdenas está lejos de
concluir. En días pasados ha hecho un llamado, que no es la primera vez, para
redactar una nueva constitución, que pueda establecer las bases de un nuevo
pacto social. Seguramente habrá Cárdenas para rato.
Por su parte, el PRD ya no representa a muchos de los que en 1988
-1989 acudimos al llamado de su conformación. Ha venido experimentando una
constante baja en la militancia y preferencias electorales, dejó de ser un
contrapeso en la vida política y gran parte de la crisis política del país se
debe a la ausencia de un partido fuerte de izquierda.
Su dirigencia tiene ante sí una responsabilidad histórica.
Hacer una autocrítica seria y responsable y llevar a cabo cambios radicales que
le devuelvan la confianza del electorado, o, de lo contrario se verá cada día
más sumergido en sus propios errores. Lo que Salinas no pudo hacer en su
momento, los dirigentes que lo tienen secuestrado lo harán realidad.
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