viernes, 29 de junio de 2012

A votar este 1° de julio


Este domingo 1° de julio, los mexicanos tenemos una cita con la democracia. A nivel federal, estarán en juego la presidencia de la República y la renovación total del Congreso de la Unión, integrado por 500 diputados y 128 senadores.

A nivel local, se elegirán gobernadores de seis entidades del país, a saber: Guanajuato, Jalisco, Morelos, Tabasco,  Yucatán y el Distrito Federal. En este último, se habrá de elegir a los jefes delegacionales.

Ante la disyuntiva de ejercer o no el derecho a elegir a nuestros gobernantes, en mi opinión personal, creo que no debemos dejar de hacer uso de esta prerrogativa. Mucho nos ha costado ganar espacios democráticos. La lucha que ha dado la sociedad civil por muchos años, ha obligado a que los gobernantes hayan tenido que incorporar las demandas de la sociedad y traducirlas en leyes más confiables, imperfectas a mi juicio, pero mucho mejores que las que teníamos hace 20 o 30 años. Para no ir más lejos, nuestra ley electoral vigente ya contempla el conteo voto por voto y casilla por casilla.

Por otra parte, nos cuesta mucho dinero organizar las elecciones. Este año el IFE tiene un presupuesto de más  de 15 mil millones de pesos http://www.eluniversal.com.mx/notas/817842.html  y el Tribunal Electoral, de cerca de 2 mil millones http://www.te.gob.mx/transparencia/presupuesto/ejercido2011.htm , esto sólo a nivel federal.

Tenemos una democracia incipiente, recordemos que apenas en 1994 el IFE organizó su primera elección presidencial. En 1997 por primera vez, los habitantes de la ciudad de México, tuvimos la oportunidad de elegir a nuestro jefe de Gobierno. El Tribunal Electoral del Poder Judicial se creó en 1996. Antes de eso, la Cámara de Diputados, calificaba la elección.

Por esta razón creo que no debemos dejar de ir a las urnas el próximo domingo. Tenemos una responsabilidad con la historia, debemos pensar qué México le dejaremos a nuestros hijos. Lo que hoy requiere nuestro país es que haya una elección nutrida. Que llenemos las urnas de votos. Sólo así el próximo presidente del país tendrá legitimidad para gobernar.

Quedarnos en casa, y ser sólo testigos de lo que ocurre, no es opción. Anular el voto por que no haya quien nos convenza con sus propuestas puede ser una forma de mostrar nuestra inconformidad por cómo se maneja la política en el país, pero a final de cuentas, eso no hace diferencia. Después de 90 días de campaña, quizá haya alguien con quien encontremos cierta afinidad. Salgamos a votar este domingo primero de julio. Hagamos de ese día una fiesta cívica. No dejemos que nadie decida por nosotros.